Cada colección es una forma de ilustrar.
Esta vez, después de mi habitual crisis creativa previa a la producción, decidí regresar a lo básico, a lo que siempre ha estado ahí. La tierra ha existido desde el principio de los tiempos y es nada más y nada menos que el origen de todo. Florece y muere en un ciclo infinito y a diferencia de nosotros, los pobres humanos, permanece ahí calladita y bella sin hacer al arde de todo su poder.
Así fue como me llené los ojos de tierra, verde y turquesa y elegí a los protagonistas de esta colección. Permanencia, fertilidad, metamorfosis, adaptación, organización y generosidad, fueron cualidades que quise representar a través de mis piezas, añadiendo texturas por medio del bordado y tiñendo la tela con café, producto de la tierra, cerrando un ciclo.
Cada pieza es una ilustración y estoy preparando un taller para compartir este proceso con ustedes ¿Qué les parece?