¡Aaaah! Mucho tiempo si pasar por acá, ya sentía yo feo de tener mi blogsito tan abandonado. Estos últimos meses han sido de idas y vueltas, subidas y bajadas. De mucho pensar y planear cosas que, al final ni dependen de uno. Pasé de la inspiración a la presión, a la emoción y la decepción y traté de tomarme mi tiempo para elaborar con calma mis piezas, conocer materiales y enfocarme en los detalles.
Esta colección que les iré presentando poco a poquito, salió de una mezcla entre lo que soy y lo que me gustaría ser.
Como un ejercicio en un taller que tomé, nos pidieron escribir palabras o acciones que nos gustaran y me sorprendí escribiendo en la lista del «Me gusta» la palabra «llorar». Si, soy un poco chillona. No de esas que chillan en las bodas y eso, pero debo aceptar que el llanto para mi siempre ha sido una forma de desahogarme y dejar que mi cuerpo se libere y a la vez se apapache, además de que me parece fascinante la conexión entre las emociones y esa reacción fisiológica de nuestro cuerpo. Es como si él mismo buscara un escape para tanta abrumación.
Así que aquí están por fin, tres muñequitas lloronas hechas a mano y listas para irse a alguna casita a celebrar el chilloteo. Son únicas piezas en esta primera serie y las pueden encontrar en La Tiendita, córranle por la suya n__n.
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