No hay nada más bonito que reunirnos a bordar como en los viejos tiempos. Eso es justo lo que me encanta de los talleres; pasar un día relajado, con galletitas, té y muchas puntadas. Me encanta tener la oportunidad de compartirle a mis alumnitas el nuevo sentido que se le está dando a esta técnica. Bordar con un significado, con contenido. Experimentar, jugar con los hilos, los colores, los materiales y hacer de ello un arte. Pero sobre todo me encanta verlas visualizar y resolver sus bordados, ponerse creativas y ver que se pasan las horas y siguen sonrientes y concentradas. Verlas irse con conocimientos nuevos y ganas de seguir creando. Bonito, bonito taller y ¡a seguir bordando!
Agradecimientos para mis alumnitas, ¡gracias por su entusiasmo!
