No hay nada más angustiante que entrar a tu página web que has alimentado durante un año y de pronto no ver nada. Así fueron mis últimas semanas peleándome con mi servicio de hosting, haciendo llamadas, mandando «Tickets» con quejas y buscando ayuda para recuperar toda la info posible. Lo peor de todo esto, es que para mi, hablar con un programador es tratar de entender el mandarín así que como se imaginarán estos días la impotencia y el estrés se apoderó de mi.
Pero he de decirles algo, de todo, de absolutamente TODO debe aprender uno, así que lo poquito que aprendí es que, primero, tenía que correr y cambiarme de hosting y siempre, siempre solicitar respaldos de mi página porque uno nunca sabe. Pero lo que debe aprender más uno en estos casos es a moverse, ignorar por un momento la frustración y pensar en la solución más que en el problema, ser flexibles y adaptarse a las circunstancias que no son siempre las que uno espera.
Pero bueno, mientras mi paginita estuvo en el limbo de las paginitas, yo estuve trabaje y trabaje (aún lo estoy u__u) y les quiero presumir este proyecto especial que me pidió Ana, amante absoluta de los hipopótamos y de la que me encantó su entusiasmo por tener su florulo. Gracias Anita por la confianza n__n
